Hoy, 17 de mayo, se cumplen 30 años de que la OMS
(Organización Mundial de la Salud) retira del listado de enfermedades mentales
a la homosexualidad y las diversas disidencias sexuales. Esto significó el fin
de muchos prejuicios de lxs trabajadorxs de la medicina, ya que estos
accionares retrasaban al mundo en materia de derechos e iban en concordancia
con la religión.
Las diversidades sufrían trasgresiones y hasta una condena
judicial por elegir a otra persona para compartir su vida o ser quienes querían
ser, y en este contexto, no quedaba otra que expresar su amor propio o a otrx/s
a escondidas.
Hoy se cumplen 30 años de justicia y de amor, de igualdad y valentía. A pesar de que la lucha por la libertad sigue día tras día, este accionar de la Organización Mundial de la Salud y muchos más que vinieron luego son una demostración clara y escrita de que un mundo más igualitario permite la satisfacción de la felicidad plena en relación a las identidades de toda la humanidad. Que la patria es el otre sin distinción de gustos, etnias, religión, sexualidad, identidad auto-percibida, ideales políticos etcétera.
Las nuevas generaciones son la clave, y lo seguirán siendo,
para llegar al pleno goce de nuestros derechos humanos, para respetarnos todxs por
el simple hecho de ser personas.
A pesar de las victorias logradas la violencia aún existe, y
sin escrúpulos. La lucha no terminó, nos queda mucho por lograr, porque
seguimos siendo conscientes de que el AMOR es el que vence al odio y que no nos
callaremos, porque: al closet no volvemos nunca más.
Entendemos que la lucha es en las calles, pero este contexto
social (a pesar de todo) nos enseñó a que nada nos frena a seguir festejando
por lo conseguido y a gritar por lo que nos falta.
Nos queremos libres.

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